Este domingo, la inauguración oficial ha contado con la asistencia de cerca de 200 invitados, encabezados por el equipo de gobierno al que acompañaban representantes de las principales instituciones culturales del eje Prado-Recoletos, arquitectos y cronistas de la Villa, entre otros. El capítulo de las ausencias ha estado protagonizado por los concejales del PSOE e IU, contrarios desde el primer momento a un proyecto que han calificado como "faraónico" por su coste "excesivo". En concreto, la reforma de esta segunda fase ha supuesto un gasto de 100 millones de euros, que se suman a los 25 millones ya invertidos en la reforma y adaptación de la zona administrativa.
El alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, ha recordado que con esta inauguración cumple con la promesa que hizo a los madrileños en el año 2003, cuando se comprometió "a entregarles el edificio". "Cibeles va a ser una gran fábrica de experiencias, de ideas, de encuentros, de propuestas. Ahora es cuando de verdad empieza a construirse -ha subrayado el primer edil-. Lo tiene que construir toda la gente que anda, vive y palpa Madrid. Para eso es. Es suyo".
La reforma de esta segunda fase afecta al cuerpo central del emblemático edificio, el que da a la plaza de Cibeles. Este cuerpo se articula en torno al antiguo Patio de Operaciones de Correos -donde se han puesto en valor las dos grandes crujías ideadas a comienzos del siglo XX por los arquitectos Antonio Palacios y Joaquín Otamendi- y se ha devuelto al edificio toda la luminosidadperdida durante el tiempo en que fue sede de Correos. Pero no sólo eso. El nuevo Cibeles también ha permitido recuperar otros elementos originales del edificio, como la cerámica de las escaleras de servicio, las vigas de hierro, las grandes vidrieras o la decoración de la que destacan los numerosos escudos que supsieron sus creadores..
El gran Patio de Operaciones se abre en la segunda planta a la que el visitante accede desde Cibele por una escalinatade mármol. En este espacio, el estudio de arquitecturea Arquimática, encargado del proyecto de reforma -y del que forman parte Francisco Rodríguez Partearroyo y sus asociados Dávid Márquez, Ángel y Francisco Martínez Díaz.-ha dispuesto dos áreas sociales -equipadas con sofás, mesas y pufs de vivos colores que recuerdan una guardería- para que los visitantes puedan leer la prensa, consultar los catálogos de las exposiciones del Paseo del Arte o, incluso, acceder a Internet gracias a los i-Pad que se han instalado.
Las plantas tercera, cuarta y quinta también estarán dedicadas a exposiciones. En total, entre las tres plantas, se dedicarán 6.830 metros cuadrados a este fin. Ahora mismo, de hecho, los primeros visitantes que se acerquen al Palacio de Cibeles podrán disfrutar en ellas de una instalación fotográfica que recoge el proceso de rehabilitación del edificio ('Muller-Campano: Proceso de rehabilitación del Palacio de Cibeles'). No obstante, su estructura en torno al gran Patio de Operaciones, la falta de paramentos donde exponer y el hecho de que los espacios estén interrumpidos por vigas de hierro y numerosas aberturas harán difícil su tratamiento expositivo.
Hasta ahora, y además de la zona administrativa, sólo había sido abierta al público la llamada Galería de Cristal, con la que se cubre el gran patio que permite comunicar las calles Alcalá y Montalbán. Este espacio, de 2,800 metros cubiertos por 2.000 cristales triangulares, fue abierto en mayo de 2009 y también será utilizado para exposiciones y reuniones.
Acabada la visita el alcade ordenó que se abrieran las puertas a los madrileños que aguardaban en la gran acera que se ha abierto ante la fachada principal del edificio, proyectado en el año 1904 por Antonio Palacios y Joaquín Otamendi y construido entre los años 1907 y 1919. A partir de ahora, y hasta el 27 de julio, los madrileños podrán recorrer el nuevo Palacio de Cibeles. El horario de visitas será de martes a domingo, de diez de la mañana a ocho de la tarde, y el acceso se hará a través de la plaza de Cibeles.
